Puedes estar tranquilamente disfrutando de la conducción y de sorpresa el viento desestabiliza el coche. Además suele ir a rachas por la presencia de obstáculos como edificios, árboles o grandes vehículos.

Hay tres momentos especialmente peligrosos cuando se conduce con viento:

  1. Al salir de un túnel o una zona resguardada de viento ya que puede pillarnos desprevenidos.
  2. Cuando se adelante un vehículo voluminoso ya que bloquea el viento y reaparece al sobrepasarlo.
  3. En los puentes y viaductos porque están desprotegidos frente al viento.

Hay que tener cuidado si viene por la izquierda porque al cruzarse con otro automóvil al detenerse el viento el coche tiende a irse hacia el vehículo y después de forma brusca hacia la derecha. Si en cambio el viento sopla desde nuestra derecha y se adelanta un vehículo pesado el coche se ve "aspirado" por este y después de sobrepasarlo con el viento de nuevo cuesta incorporarse al carril de la derecha.

Por tanto se deben tomar una serie de precauciones. La anticipación es vital, hay que fijarse en los árboles, mangas de viento y todo aquello que nos pueda indicar hacia donde sopla el viento y si es muy intenso. Se debe circular más despacio de lo habitual y con marchas inferiores para que el motor tenga una capacidad de respuesta mayor y tengamos más tiempo de reacción. Por supuesto se aconseja no hacer movimientos bruscos con el volante y sujetarlo firmemente con ambas manos.

Fuente: DGT